En el 2014 Irina Penella y Manel Ginestà decidieron abrir un restaurante en su población, que fuera diferente e innovador y que ya el nombre lo definiera: Atípic (Atípico).
Delante de los fogones, Irina, de formación autodidacta pero con una intensa formación propia que le permite dominar las modernas tecnologías culinarias, ofrece una cocina de autor y de mercado con platos muy bien resueltos y cuidadas presentaciones.