Adrià Rubio cursó sus estudios de cocina en la Escuela de Restauración de Sant Pol de Mar y seguidamente hizo sus prácticas en el País Vasco junto a los grandes maestros de los fogones, Zuberoa y Arbelaiz. También estuvo trabajando en establecimientos de la Costa Brava, como el Trull, El Ventall, L’Esguard y ya como jefe de cocina durante dos años en Ca l’Enric (1 estrella Michelin).
Finalmente, con sólo 29 años, el 13 de febrero del 2017 hizo realidad su sueño, tener su propio restaurante, Cal Gall, con el apoyo de su madre, Susana Ruart y de Jesús García, pareja de la misma.
El establecimiento ocupa una antigua casona en la plaza de Sant Feliu de Boada, un pequeñísimo pueblo del Alt Empordà, a 7 km. de Pals, de los siglos XIV, XV, conocida como Cal Gall, que en los años veinte fue comprada por un indiano, que la habilitó como bar y más tarde como restaurante.
El comedor, con una capacidad para unos 40 comensales, conserva su carácter rústico con paredes de piedra y «vueltas» catalanas, pinturas paisajísticas de la comarca y mesas grandes y espaciosas, con detalles de buen gusto, vajilla de cerámica y copas de vidrio.
Adrià define su cocina como «glocal» (global y local), ya que utiliza los productos locales de primerísima calidad y de temporada con elaboraciones de otras culturas gastronómicas de diferentes continentes. Ciertamente sorprende muy gratamente localizar esta cocina de autor, singular y lejana a la típica cocina de brasas tan extendida en la zona, meticulosa, muy trabajada y que se adentra en la alta cocina creativa, con resultados muy positivos, ya que las mezclas son atrevidas pero satisfactorias. Una cocina sorprendente con marca propia, que no debe asustar por los nombres extranjeros que aparecen en la carta. Hasta las dos variedades de pan se hacen en la casa, estando soberbio el de «maíz» que se ofrece junto al de centeno. Bodega con unas 60 referencias principalmente de la comarca.
Entre las especialidades de la carta podemos destacar, tras el aperitivo de crema de calabaza, cus cus y mejillones con chili dulce, un delicioso foie «mi cuit» casero con guanábana, perlas de yuzu y remolacha picante, 12,00; morillas con salsa tika masala, pato semi curado y queso terroso, 16,00; porchetta del Emilia romana con espinacas a la catalana, mayonesa de mole, nueces de Macadamia y helado de yuzu, 16,00; tartar de salmón sockeye de Alaska con tzaziki, cacahuetes y te gran tapsang souchoung, 15,00; bacalao a baja temperatura con mole de espinacas, crema de piñones y pasas con vino rancio, 18,00; tataki de rubia gallega 100% con guarnición de temporada (60 días de maduración, 28,00; muelle del hueso con sepias de la costa y kimchie (col fermentada en la casa) y brotes de wasabi, 18,00; arroz de pop y morillas, 18,00; el bosque, exquisito postre de chocolate.
Diariamente, excepto el fin de semana, ofrece también un menú con tres entrantes, tres segundos y tres postres, pan, agua y dos copas de vino, por 18,00 euros.
En definitiva un restaurante que satisface plenamente los paladares exigentes que saben apreciar las texturas, el equilibrio en la combinación de productos y los contrastes de sabor y sabores diversos del mundo gastronómico actual.
Plaza de la Iglesia, 3. 17256 Sant Feliu de Boada. Tel. 972 63 40 68. Horario de 13,00 a 16,00 y de 20,30 a 10,30. Cierra domingo noche y lunes. Master Card y Visa. Web: www.calgall.com