La primavera es un tiempo ideal para hacer una escapada a la Toscana. 4 días bajo el sol y la luna de esta maravillosa región italiana permiten conocerla mínimamente y gozar de sus excelencias arquitectónicas y artísticas, sus hermosos paisajes, su gustosa gastronomía y enología y perderse por sus entrañables pueblos llenos de encanto.
Aprovechando el Puente del Primero de Mayo hemos hecho la “Escapada” que recomendamos para disfrutar de la Toscana.
Ryanair vuela desde Girona a Pisa en horario de mediodía. Para evitar el madrugón la mejor sugerencia es llegar el día antes al hotel Sallés Aeropuerto de Girona, situado a poco más de dos kilómetros del mismo y comenzar el viaje disfrutando de este muy agradable hotel de 4 estrellas, que dispone de piscina descubierta y un completo spa con piscina cubierta climatizada así como de restaurante de buena cocina, con apetitoso menú y carta.
PRIMER DÍA.- El transfer del hotel nos acerca al aeropuerto. Para evitar colas es aconsejable coger Priority. En poco más de una hora estamos ya en el aeropuerto de Pisa, donde alquilaremos un vehículo y tras un ligero almuerzo en Giropizza, de Ponsacco, a base de pizzas para ambientarnos con el país, iniciamos la Ruta.
La primera parada es Volterra, la ciudad etrusca envuelta en un paisaje de colinas y valles verdes. En la piazza del Priori está el Palacio del Priori y la Torre del Porcellino, además del Palacio Arzobispal y el Museo de Arte Sacra. De aquí a la Piazza del Duomo para admirar el Duomo y callejeando por la pequeña población ver el teatro romano y la zona arqueológica, además del Museo Etrusco Guarnacci.
Al atardecer llegamos a Siena, la ciudad medieval más bella de Italia. En ella hay que visitar en primer lugar el corazón de la población fundada por los etruscos, que es la piazza del Campo y que es donde todos los años se desarrolla la famosa carrera de caballos, el Palio. En ella admiramos el Palazzo Pubblico que posee la colección de arte más importante de Siena. Y muy cerca está el Duomo, edificio gótico muy renombrado y el Museo dell’Opera. Tras una cena en un típico restaurante con terraza de la piazza del Mercado, La Finestra, pernoctamos en Siena.
SEGUNDO DÍA.- Comenzamos la jornada callejeando por Siena y en la Via dei Pellegrino 20 descubrimos un paraíso para los amantes del chocolate: Nino & friends. A media mañana iniciamos la Ruta hacia el Norte de la Toscana por carreteras secundarias y bellos paisajes hasta Monteriggioni, pintoresca población amurallada en cuya plaza almorzaremos en una bonita terraza, Il Feudo.
Por la tarde, San Gimignano, el pueblo medieval más famoso de la Toscana, que conserva sus 14 esbeltas torres y un casco histórico preciosos con calles peatonales empedradas. Solo un gran problema, la saturación de turistas, que dejan los varios parkings fuera de murallas sin ningún espacio libre. Si se consigue dejar el coche, hay que callejear y ver el Museo Cívico, la Torre Grossa, piazza della Cisterna, la Cappella (Colegiata) di Santa Fina y la iglesia de Sant’Agostino, fundada en 1298, con importantes frescos.
Bastante cansados llegaremos a Florencia y tras el alojamiento hay que buscar en el centro un buen restaurante para recuperar fuerzas y degustar el plato más reconocido de la ciudad, la sabrosa bistecca alla florentina, una chuleta aderezada con aceite de oliva y hierbas aromáticas, asada sobre brasas de castaño. No puede faltar el caffè expresso o el maquiato (café manchado de leche). El ristorante es La Grotta Guelfa de la Via Pellicceria, 5.
Después de cenar, acercarse a sus principales puntos de interés situados alrededor de dos plaza: la Piazza del Duomo y la Piazza della Signoria para contemplarlas “sin turistas”, tomándose tranquilamente un helado.
TERCER DIA.- Completaremos la rápida visita a este “enorme museo renacentista”, para comprender el Síndrome Stendhal, un referente de la reacción romántica ante la acumulación de belleza y la exuberancia del goce artístico.
Un paseo por los Giardini di Boboli, un chocolate (cioccolata) en una terraza frente al Palaccio Pitti, JT Caffé; el Duomo, el Baptisterio, el Campanile y el Museo dell’Opera; el Palazzo Vecchio, la galería de los Uffizi, la Accademia con el David de Miguel Ángel, la iglesia más famosa de la ciudad, Santa Croce con fresco de Giotto y las tumbas de Galileo, Miguel Ángel y Maquiavelo y naturalmente el Ponte Vecchio.
No hay más tiempo, quedan muchas cosas por ver, pero hay que partir, la autopista nos llevará a Lucca, para almorzar en Des Arts de la Piazza San Giusto, tomar otro helado y ver su Duomo (actualmente en obras), pasear por sus estrechas calles y llegar a la curiosa y ovalada plaza del Anfiteatro.
Muy cerca queda Pisa. Allí nos situaremos en la Piazza del Miracoli en la que en una amplia zona de césped admiramos la torre inclinada, la catedral, el baptisterio y el cementerio. Fotos de rigor. Pizzas y pastas para despedirnos de Italia.
CUARTO DÍA.- Traslado al aeropuerto de Pisa y vuelo a Girona. El transfer del Hotel Sallés Aeroport Girona nos traslada al mismo, donde nos aguardan nuestros respectivos vehículos para regresar a casa, con mil visiones de la Toscana, de noche y de día, bajo el sol y la luna en el cerebro y una infinidad de fotografías en el iphone.
¡Vaya! que días más maravillosos debieron haber pasado. Yo fui el verano pasado pero solo conocí Las Plaza de los Milagros de Pisa y el centro turístico de Florencia. Aun recuerdo las maravillosas vistas del Arno por el Ponte Vecchio y suspiro. Aquellos paisajes tan verdes que recorrí camino a las ciudades me robaron el aliento, pero sin lugar a dudas me hubiese gustado conocer muchos más lugares como los que mencionas.
Saludos y un abrazo desde Chihuahua, México
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Gracias por compartirlo con nosotros. 🙂
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🙂
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