Es uno de mis super favoritos restaurantes de Catalunya, porque hace muchos años que lo visito y siempre he sido inmensamente feliz con sus exquisitos platos de la cocina tradicional vasco navarra. En mi reciente visita, nuevamente me han ofrecido de aperitivo una chistorra y morcilla de arroz, para abrir boca. Sigue un buen jamón ibérico 5 jotas con pan de vidrio con tomate.
Continuamos con unas exquisitas pochas de Sangüesa, puro caviar navarro. Y llegamos a la cumbre de la cena con las angulas de Aguinaga a la bilbaina. Luego viene a la mesa unas láminas de bacalao con centollo y unas cocochas al pil pil, dos delicias más para el paladar. Y finalmente corderito lechal, tierno y suculento. De postres nísperos con crema y sopa de coco. Inolvidable.
Servicio muy diligente y amable. El comedor ocupa los bajos del local, con exposición de productos y de vinos de su amplia y selecta bodega, y es elegante y confortable.
Tiene aparcador de coches.